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¿La existencia es para los que se adaptan?

Por: Liz González

Es la historia de una persona que está a punto de vivir una de las experiencias más amargas pero llenas de aprendizajes como ser humano; no siempre la vida te permite seguir por un camino lineal, al contrario, está llena de obstáculos y pruebas que te definen como persona en todos los ámbitos y por supuesto el aspecto laboral no queda exento.


Paulina es una chica de 25 años que está por ejercer la carrera de Comunicación, se encuentra muy contenta porque logró tener un puesto como correctora de estilos en un periódico local; a pesar de su poca experiencia se ha ganado la confianza de las personas.


Ella siempre ha defendido los valores dentro del periodismo, trata por todos los medios dejar en claro que antes de fallar a su compromiso con la sociedad renunciaría a cualquier trabajo que se lo impidiera, que nunca se iba a dejar manipular por intereses del medio o personales, sus palabras son: “Primero la paz, la sociedad que el dinero y la manipulación”.


Cuando llegó por primera vez al periódico local, se dio cuenta de que la realidad es mucho más cruda y que no basta con sólo tener conocimientos acerca de la labor, sino, que ante todo se debe tener una buena actitud y ganas de hacer las cosas.


En un principio la trataban como una chica joven que quería jugar a ser periodista y que seguro había entrado gracias a palancas o favores, con lo cual se sentía desanimada por el hecho de que nadie reconocía su esfuerzo y talento o dicho con otras palabras profesionalismo.


Poco a poco fue adquiriendo mayor confianza pese a lo que dijeran de ella, hizo trabajos más serios, y logró la aprobación de muchos de sus compañeros. Hasta el momento siguió por el camino que ella había elegido: “El de ser recta con su trabajo sin afectar a terceras personas”.


Un día llegaron al periódico un par de reporteros que harían una colaboración con un grupo de periodistas, entro los que estaba considera Paulina, se encontraba realmente emocionada porque era un trabajo de investigación a cerca de fraudes por parte de un político.


El reto que se avecinaba era tan grande que no dormía con tal de entregar los mejores datos, respecto a la trayectoria del político y quería llegar hasta las últimas consecuencias con tal de entregar el mejor de los informes y demostrar si existe fraude o no por parte de él.


Así pasaron los días, cada uno de los elementos dentro de la investigación tenían información valiosa que se podría definir como casi perfecta, sin embargo, Alberto uno de los reporteros decidió elegir el camino fácil e intercambiar la información fidedigna por datos que le proporcionarían grandes cantidades de dinero y el respaldo del político, por lo que habló con cada uno de los integrantes de la investigación.


Al principio la mayoría se negó a ser parte de un aspecto que iba en contra de su labor como periodistas: “La de llevar la información por una línea de veracidad y sobre todo, el hecho de reflejar la ética profesional de cada uno”, sin embargo, Alberto les dijo:


-No sean tontos, ¿No ven que diciendo la verdad sólo conseguirán desprecio por parte del político?


A lo que Paulina le respondió:


-Sí, pero si aceptamos, nos convertiremos en sus esclavos, si hacemos lo que quiere, nos tratara como de su propiedad, y por lo menos yo no estudie, para ser la esclava de nadie.


Alberto, con una sonrisa de burla, comenta:


-Eres una tonta, la vida se trata de quien se adapte, no quien siga reglas con las que sólo conseguirás seguir siendo una perdedora, y sobre todo pobre, ganando un sueldo que sí es para esclavos. Yo sí le entraré, si no quieren pues allá ustedes.


Todos se miraron a la cara, no sabían que hacer, estaba en juego su credibilidad como profesionales y sabían que una vez que se entrase al juego ya no habría marcha atrás y simplemente no podrían escapar de un mundo lleno de irregularidades disfrazadas de “verdad” .


El tiempo pasó y la investigación se dividió en dos bandos, casi nadie se inclinó hacia lo que pensaba Paulina, sino, que decidieron estar del otro lado de la moneda. Un día sin previo aviso llegó el equipo de comunicación del político, el cual ya encabeza Alberto. Amenazaron al periódico diciendo que, si seguían investigando, no se quejarán de las consecuencias.


El director del periódico por miedo dio su brazo a torcer y decidió ceder, a lo cual todos lo siguieron, excepto Paulina, quien se enfrentó a él y le dijo:


-Cómo es posible que, siendo una persona talentosa, con mucho conocimiento y experiencia, permita que lo desacrediten como profesional y ser humano al querer manipular sus ideas.


Muy a su pesar el director se quedó callado dando por hecho que no podía hacer nada porque el destino del periódico ya estaba decidido, y dijo:


-Mira Paulina entiendo que no estés de acuerdo, pero lamentablemente esta es la realidad, esto es lo que significa la labor del periodista en un mundo lleno de intereses como en el que vivimos, además, no seremos ni el primer ni último periódico en alinearse a favor de alguien. Si en algo aprecias tu vida, entonces, acepta, “La existencia es para los que se adaptan”.


Paulina con una gran cara de decepción, dio un suspiro y dijo:


-Si las esto han sido así, es porque no existe alguien que quiera cambiar las cosas, siempre hemos sido una bola de cobardes que no hemos aprendido a decir que ¡No!, porque permitimos que se burlen de nuestra labor y no respeten lo que hacemos y el compromiso que tenemos con la sociedad. Nuestro país no merece vivir en una burbuja donde todo se pinta de paz cuando en realidad esa paz existe gracias a manipulación y amenazas.


Después de la pequeña discusión que tuvieron Paulina y el director, ella se dio la vuelta, agarró sus cosas, miró con nostalgia el periódico que la vio nacer como periodista, aquel lugar en donde dejó impregnado su esfuerzo por convertirse en una gran profesional y que ahora no es más que un sitio donde ya no existe el periodismo, en donde la veracidad será un juego de palabras disfrazadas que sólo beneficiará a unos cuantos.


Con gran tristeza, recorre por último el periódico, pensando quizá, en que será la última vez que vea de cerca uno, porque no sabe que le deparará el destino. Paulina sabe que no será nada fácil adquirir confianza en cuanto a su labor, que quizá de ahora en adelante sus opiniones serán ignoradas y pisoteadas, así como su trabajo, sin mirar atrás deja una nota que dice lo siguiente:

“De nada sirve el éxito, si este, afecta a toda la población”

Con cariño Paulina, una chica pobre, pero rica en valores

¡Suerte!

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