HASTA EL LÍMITE
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- 27 jul 2020
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El periodismo real y su interpretación
Por Liz González
A través de la historia, el periodismo ha sufrido diferentes evoluciones que le permiten comunicar, de mejor forma, al público en general algo que se quiere expresar. Como sabemos, la labor del periodismo es informar de manera clara, oportuna y objetiva, diversas situaciones que suceden en la sociedad, sin embargo, estas siempre estarán sujetas a diversas interpretaciones, que dependen del interés de a quién se informe, que convierten la emisión objetiva del periodista en subjetiva, haciéndola caer en deformaciones de la realidad a quien convenga.
Las diferentes etapas en la sociedad en las que el periodismo se desenvuelve, no son las mismas a las que hoy vivimos y conocemos. Las estructuras colectivas permiten que las coyunturas entre llevar la información de manera objetiva y lo que interpreta el receptor sea muy variado.
Además, el periodismo debe ser ejercido como un servicio a la sociedad, una herramienta que, más que buscar una línea tangencial por la cual redirigir la información, busque mantener a una sociedad informada plenamente sin caer en la tendencia de manipulación mediática.
El estructuralismo tiene su origen en la Francia de 1960 como una corriente filosófica de las humanidades. Con el paso del tiempo, fue creciendo hasta convertirse en un método utilizado para el análisis del lenguaje, la cultura y la sociedad con especial impacto en la segunda mitad del siglo XX. A mediados de esa década, el estructuralismo hizo un profundo impacto en la Argentina, y con sus exigencias de precisión científica logró la transformación de los estudios humanísticos. En el campo de las letras, con gran influencia sobre la educación.
Es un enfoque que se centra en el estudio del mensaje y su interpretación, a su vez, afirma que un mensaje es interpretado por un receptor en un contexto específico. También propone una crítica a los enfoques lineales, afirma que la comunicación va más allá de la transmisión de un mensaje para causar un efecto concreto.
Los mensajes pueden tener múltiples sentidos y diversas interpretaciones, a lo cual, surge la siguiente cuestión, ¿Cómo se construye el sentido? Ante tal cuestionamiento, el estructuralismo tomó como aporte a la “semiótica” (que se traduce como la teoría general de los signos).
Sin embargo, ante los signos también se encuentra lo que se conoce como “descodificación aberrante”, que quiere decir que los mensajes son descifrados por los destinatarios, pero no de manera correcta al no haber coincidencia entre las manifestaciones del emisor y la forma prevista de interpretación; es decir, que quien recibe el mensaje no interpreta éste como el emisor quería que se hiciese y ante tal caso, se generan los malos entendidos.
Lo mismo sucede en el periodismo, cuando alguien emite un tema de interés social, su interpretación estará sujeta a la biblioteca de signos y símbolos de un individuo, a lo cual, si se carece de estos, el mensaje será mal interpretado.
Lorenzo Gomis menciona puntualmente que los medios de comunicación masiva constituyen, además de su actividad, la siguiente función social: “Los medios actúan de mediadores entre la realidad global y el público o audiencia que se sirve de cada uno de ellos. Pero esa medicación es más que simple comunicación. Los medios no sólo transmiten, sino que preparan, elaboran y presentan una realidad que no tienen más remedio que modificar cuando no forma”.
La idea de que los medios de comunicación construyen los acontecimientos, y de que toda forma de periodismo es ante todo una actividad subjetiva, produce un problema claro de significación en el hecho periodístico. El periodismo tiene una función evidente de intermediación entre ciertos acontecimientos de carácter público y los distintos grupos humanos que conforman la sociedad.
Si el periodismo es incapaz de transmitir información de manera objetiva, y de reflejar la verdad de un hecho de interés público, entonces estamos ante un problema básico de significación, ya que la realidad que reflejan los medios de comunicación sería solamente de carácter lingüístico, sin que eso ayude realmente a la difusión y conocimiento de los aspectos relevantes que la sociedad necesita para su buen funcionamiento.
Según el Dr. Francisco Lorenzo: “Esto constituye una manera de pervertir la finalidad de la actividad periodística. Lo que en realidad se puede ver en la crítica a la objetividad periodística es una perversión de la función primaria y fundacional del periodismo, la cual debería ser el contribuir a que la sociedad estuviera enterada de los asuntos más relevantes para su operación y supervivencia. Cuando el periodismo simplemente se convierte en un instrumento a manos de grupos que buscan influir en la opinión pública, entonces dicho periodismo pierde su objeto de referencia, que es el hecho periodístico”.
El periodismo siempre estará sujeto a diferentes vertientes de interpretaciones, ya que a cada persona que lee o escucha la información presentada en algún medio de comunicación dependerá de si la información presentada corresponde a su biblioteca semiótica, o si es sujeto de manipulación mediática, la cual busca desestabilizar la realidad en la que vivimos, porque estará interesada en mostrar un panorama distinto al real. Por tal motivo, el periodismo debe ser o estar al servicio de la sociedad para informar de manera objetiva (aunque esta se pierda al caer en el receptor quien interpretará la información según su interés) y puntual.
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