HASTA EL LÍMITE
- Nota a nota
- 13 jul 2020
- 3 Min. de lectura
¿Un encierro infinito?
Por: Liz González
La realidad es más cruda que cualquier historia, en ocasiones nuestros propios obstáculos están en la cabeza, el arma más poderosa que tiene el ser humano. Y ¡No!, no me refiero a una crisis como las que tanto mencionan en los medios, sino, una de las que casi nadie habla, pero que estoy segura que la mayoría siente o por lo menos la experimenta: una crisis emocional.
La llegada del coronavirus a nuestros días, se ha convertido en uno de los episodios más difíciles de sobre llevar, aunado a esto, cada día las medidas que se deben cumplir, se convierten en infinitas; la llamada “sana distancia”, ha mantenido a millones de personas alrededor del mundo en un encierro que poco a poco se transforma en algo muy complejo de superar.
El hecho de acostumbrarse de una forma precipitada a cambiar las rutinas, provoca hasta cierto punto estrés entre los individuos. Lo que conlleva a un estado de desesperación provocado por el sedentarismo en el que nos encontramos.
Los cambios bruscos de actividades, influyen bastante en el estado de ánimo de toda persona, pues el ritmo de vida no es el mismo, y las distintas formas de sobre llevar lo acontecido se vuelve monótono.
Por todos lados se escuchan estadísticas, muertes, contagios y un sinfín de datos acerca de la pandemia, pero casi nunca hablamos de uno de los aspectos más fuertes que gira entorno a todo esto: La estabilidad emocional. Las emociones son pequeños aspectos que viven dentro de nosotros y los contextos en nuestra existencia nos permiten o no, sacarlas a flote, son situaciones muy abstractas en cada ser, no siempre se presentan de forma similar.
Según la Secretaria de Educación Publica (SEP), una crisis emocional “Es un conjunto de reacciones físicas, pensamientos y emociones que se presentan ante una situación que nos pone en peligro o que amenaza nuestra integridad”. Es cierto, que hoy en día, debemos estar lejos de nuestras actividades, por precaución, no obstante, para muchas personas ha sido muy difícil estar bajo dichas condiciones.
En Milenio el columnista Luis Rey Delgado menciona que “Las crisis de cualquier tipo y las emociones que las acompañan, nos provocan problemas en nuestra salud, en nuestras relaciones, afecta nuestra autoestima y autoimagen, nos incapacita para tomar decisiones adecuadas”.
Por lo cual, el ser humano al sentirse confundido, sin una visión clara de las cosas, recurre a encerrarse en sí mismo, porque no sabe cómo salir de la profundidad que sus pensamientos poseen. Por ende, se puede decir que el contexto en el que estamos en la actualidad nos ha afectado en muchos ámbitos de nuestra vida, que van desde lo económico, social, educativo, cultural, y por supuesto en el aspecto mental.
La vida en estos momentos no es sencilla, porque no sólo se trata de estar encerrados, sino, de compartir cuatro paredes con la familia a cada minuto del día, lo cual conlleva a peleas, desacuerdos y hasta enojos; al ser humano, en la mayoría de las veces, no le gusta estar en un ambiente tenso, donde todo se vuelva gris, debido a las diferentes formas de concebir la vida, sin embargo, con la llegada de la pandemia, esto, parece que se ha convertido en una guerra constante, para conocer quien realmente es el que “más aguanta”.
No será nada extraño que este 2020, deje marcas y huellas permanentes. Después de esta crisis sanitaria se avecinan un sinfín de crisis más fuertes, como la económica, la de cultura, la educativa, pero, sobre todo, la emocional porque será muy difícil superar la gran ansiedad o estrés que todo esto nos ha regalado.
Para reflexionar
Muchas veces dejamos de lado nuestra estabilidad como humanos; nos olvidamos de que somos seres libres, nos dedicamos a luchar por obtener un bien económico o social, sin embargo, al final del día nos damos cuenta que no es suficiente, que hay algo que nos incomoda más que la pandemia, que un encierro.
La crisis emocional es el mayor desafío al que nos enfrentamos, porque tal vez la mayoría regrese a su ritmo de vida normal, pero seguro a muchos otros les cueste salir de este verdadero encierro.
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