El gigante alemán gana su vigésima Pokal
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- 6 jul. 2020
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Actualizado: 9 jul. 2020
Por: Levi Cruz
El futbol de hoy se mira y se percibe de una manera agridulce. No es el mismo que era hace unos meses cuando las barras de aficionados estaban repletas de hinchas gritando y coreando el himno y las porras del club. Hoy se escucha un vacío producto del confinamiento a causa del coronavirus que azota al mundo. En las butacas se siente la nostalgia de aquellos días dónde todo era felicidad por el partido a disputar.
A pesar de los poco más de dos meses que estuvo parada la Bundesliga, los jugadores del gigante de Baviera, Bayern Múnich, no descansaron ni un poco así como los de Leverkusen, ambos clubes concentrados en obtener su próximo triunfo, la DFB Pokal.
El partido se abrió paso después de una ceremonia de apertura como se acostumbra en el Olympiastadion de Berlín, dando a conocer cual fue el recorrido que tuvieron ambos clubes en este certamen. El himno nacional de Alemania comenzó a sonar mientras los jugadores permanecían de frente a los banquillos.

Foto: facebook.com/fcbayernmexico
En la televisión, los técnicos de efectos especiales colocaron la copa de Alemania en el fondo, gigante y reluciente; el efecto era sumamente realista que parecía como realmente había una copa detrás de los jugadores.
Las cámaras pasaron de izquierda a derecha, dejando ver a los jugadores del Leverkusen primero, después a los árbitros con sus indumentarias amarillas fosforescentes como de costumbre, y finalmente al Bayern Múnich, con su tradicional uniforme de color rojo, el color contra el racismo o al menos así lo afirman ellos.
El pitazo inicial del central dio inicio al arranque del partido. Los dos equipos se volverían a ver las caras después de que tres semanas donde los muniqueses derrotaran a los de las aspirinas por cuatro goles a dos.
Los primeros minutos del encuentro se desarrollaron rápido. Al minuto 2, el Leverkusen ejerciendo presión a los bávaros, provocó que Jerome Boateng hiciera un trazo largo hacia Alfonso Davies, éste a su vez, dio un pique para llegar a fondo de la cancha del equipo contrario para meter un centro que encontró la cabeza del Lewandosky, para fortuna de los dirigidos por Peter Bosz, el balón salió desviado por encima del travesaño.
Seis minutos después, el Bayern de Múnich dio el primer tiro al arco con una jugada que comenzó desde atrás con salida del niño maravilla, Joshua Kimmich, quién se quitó la presión del rival con una media vuelta, dando pase a Thomas Müller y éste a Gorezka y luego al francés Komman quién remató casi de frente a portería, enviando el balón a las manos del guardameta. Toda una serie de pases que no encontraron obstáculo.
Gnabry intentó engañar al juez central al hacerle creer que lo derribaron después de intentar colarse por el hueco que dejó abierto la defensa del Leverkusen, pero éste no cayó en la trampa y ordenó que todo siguiera con normalidad.
A los 13 minutos, Arángiz metió un pase filtrado hacia la banda de la izquierda para Baylei quién recorrió varios metros, dejando a Pavard sin piernas por unos momentos para finalmente meter una diagonal matona, sin embargo, el balón no encontró piernas y salió de la cancha.
Tan sólo un minuto después, Tapsoba dio un empujón por la espalda de Tito Lewandosky, quién cayó al césped a escasos metros de la portería de Hradecky. El juez central determinó que esto era motivo de tiro libre. Después de discutir quién debería cobrarlo, David Alaba convirtió el tiro libre a gol, mandando el esférico al fondo de la red pegado al palo y sin oportunidad al arquero de pararla. Una ejecución perfecta.
El tiempo seguía su curso, pasaron 10 minutos cuando el niño maravilla alcanzó a desviar un centro por parte de uno de los jugadores de las aspirinas. Esto provocó que el balón le cayera a Leon Gorezka, quién de inmediato regresó el balón a Kimmich, éste a su vez mandó un pase entre líneas a Gnabry, para así recorrer a toda velocidad hasta el área rival y chutar a mano derecha del portero, dejándolo sin oportunidad y colocar la siguiente diana en el marcador.
Los siguientes minutos permanecieron sin sorpresas, el medio tiempo fue llegando de la mano junto con el silbar del árbitro quién mandó a los jugadores a refrescarse y replantear las jugadas si así era necesario. Las cabezas cabizbajas de los del Leverkusen se hicieron notar, pero esto aún no estaba definido, faltaban otros 45 minutos.
El entre tiempo sirvió para reajustar los movimientos de Peter Bosz, ya que éste decidió ajustar las tornas al meter a Volland y Demirbay al campo de juego, esperando que estos movimientos le dieran la vuelta al encuentro.
Esto pareció darle más dinamismo al juego del Leverkusen y la prueba era clara, ya que al minuto 56, Diaby dio cátedra de manejo de balón para descolgarse de la marca de Alfonso Davies y profundizar hasta la portería de Manuel Neuer y meter un pase cruzado para Volland, lamentablemente este falló el remate al no conectar con el esférico. Sin embargo, Bender dio un ligero remate a los pocos segundos de la jugada anterior, pero el balón no fue problema para Neuer quién se quedó con éste.
El cuadro de los hombres de Bosz estaban proponiendo su juego, no obstante, el despeje de portería de Neuer, que cruzo tres cuartos de cancha, cayó a los pies de Lewandosky como si este tuviera imán con el balón. Y no por nada se le apoda LewanGOLsky, ya que tan pronto recibió el balón, éste remató sin piedad a la puerta de Hradecky, el cual sólo alcanzó a manotear el esférico, pero esto no fue suficiente para evitar que Tito siguiera marcando y sumando al marcador.
Llegó el minuto 63 y los de las aspirinas aún no se daban por vencidos, haciendo honor a la reputación de los alemanes de no bajar las manos hasta que el silbante finalizara el encuentro. Y la recompensa fue que, en el cobro de un tiro de esquina, Bender rematara de cabeza a escasos centímetros de Neuer, dejándolo inmóvil y son nada que hacer. El del Leverkusen abrió la cuenta para su equipo, pero aún faltaban otros dos goles para empatar el encuentro.
La sustituciones por parte del Bayern de Múnich no se hicieron esperar. Ivan Perisic entró al terreno de juego en lugar de Komman. Él y Robert Lewandosky comenzaron a formar una dupla interesante, ya que llegaban a portería rival entre ellos solos dándose pases para marcar.
La interesante combinación trajo como resultado un nuevo descuento para los bávaros. En el minuto 88, Kimmich volvió a meter un pase filtrado hacia Ivan, quien recorrió el último tramo de cancha con el esférico pegado a los pies. Atrayendo la marca, éste metió la diagonal matona antes de llegar a línea de meta y así, encontrar los pies mágicos de Tito para que volviera a hacer de las suyas y marcar su segundo gol en el partido y dejando cuatro a uno el encuentro.
El marcador parecía resuelto y el encuentro sin más movimientos, o al menos eso era lo que se pensaría. No obstante, al minuto 90 + 4, un cobro de tiro de esquina a favor del Leverkusen trajo otro gol al encuentro llegando de la mano de Havertz al cobrar un tiro penal marcado por el central. Un balón rebotado a la mano de Alfonso Davies hizo que el árbitro anunciara el cobro desde los 11 pasos dejando el encuentro cuatro por dos.
Aunque el Leverkusen hizo un mejor papel en la segunda mitad del partido, no fue suficiente para llevarse el encuentro que sí fue aprovechado por los bávaros del Bayern Múnich, quiénes no solamente se coronaron campeones con la Pokal, sino también se llevaron el doblete al ganar la liga alemana una semana atrás.
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