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1968: Ecos que dejaron huella

Las convivencias familiares, tradiciones y juegos infantiles


Hace mucho tiempo, cuando se podía jugar libremente por las calles de Naucalpan de Juárez en el Estado de México, se reunían grupos de niños que reían a carcajadas, sin darse cuenta que cada una de sus risas dejarían ecos inolvidables y anécdotas irremplazables.


Por: Liz González


Mientras la mayoría de los mexicanos estaban centrados en los Juegos Olímpicos, en los hogares las amas de casa se encargaban de la limpieza y educación de los hijos quienes se entretenían viendo Los Supersónicos y los jóvenes, hartos de injusticias levantaron la voz ante un gobierno que se presumía de represor.


En el Estado de México el ambiente no era muy alentador, las carreteras, como la de Tlalnepantla Progreso estaba en pésimas condiciones, en esta circulaban más de 50 mil personas a diario. Se podía escuchar a la orden del día abusos laborales de los dueños de tabiqueras en Naucalpan de Juárez. Se inauguraba la nueva preparatoria en Amecameca y los mejores tacos de carnitas se encontraban en el municipio de Tultepec.


Juegos como el famoso bolillo que dejaba a los niños agotados, aquellas canicas que si ganabas en grandes cantidades te volvías un campeón, los juegos de futbol con una botella que ahora puede ser un simple deshecho, pero para aquellos niños era lo más divertido, las atrapadas que hacían sudar hasta la última gota, los entretenidos yo-yos y por supuesto no podían faltar las escondidillas, juegos que marcaron la vida de esa generación.


A fuera de las escuelas lo más común era ver a muchos niños llenos de optimismo por el simple hecho de haber concluido la jornada escolar, en la esquina de la escuela Laura Méndez se ponía una señora a vender tortas, las cuales estaban en 20 centavos, no todos tenían la oportunidad de comprarlas, tenían que ahorrar sus domingos que no pasaban de 5 centavos.


“En una ocasión, recuerdo que las tortas que vendían afuera de la escuela, estaban en 6 centavos y ahorre mi dinero para comprar una, sin embargo, mi decepción fue saber que en realidad estaban en 20 centavos, eso me hizo sentir un poco triste” menciona Carlos Oviedo, quien vivió en esa época.


Los niños jugaban bastante en grupos, siempre había peleas por los juguetes o por ser los más “valientes” en cuanto a correr, agarrar animales como bichos o arañas, lo más competido entre los infantes eran las canicas; existían niños que hacían trampa y les quitaban los juguetes a los más pequeños: “Una vez me regalaron una bolsa de canicas y por no querer prestárselas a mis amigos, me las quitó un niño más grande que yo”, comenta el señor Carlos.


La mayoría de los juguetes que recibían los niños de esa época, eran gracias a los regalos que daban en los trabajos en donde laboraban sus padres, lo más popular en la colonia Olímpica Radio en Naucalpan de Juárez, era que los padres de familia tenían empleos en el militar, y por eso recibían diversas cosas, como juguetes, ropa, zapatos, despensas, a pesar de ser artículos muy sencillos les sacaban muchas sonrisas a los pequeños, que no dudaban en presumir con gran emoción sus regalos.


Los juguetes más relevantes eran: los aviones, el hula hula, los soldaditos de plomo que ya después se volvieron de plástico, muñecas, patines, estos eran los baratos y por supuesto había juguetes caros como los carros, empezaron a salir los uniformes tipo militar color verde olivo, pistolas, juguetes bélicos, cascos y en ocasiones algunos niños jugaban damas chinas.


“En aquel entonces empezaban los juguetes de plástico, existía una fábrica nacional que se llamaba Lily- Ledy; tenía la línea para niñas que era Lily y Ledy era para niños, comúnmente iban a los mercados públicos y buscaban la sección en donde solo se vendía juguetes” Comenta el sociólogo Miguel Valverde


La televisión no fue tan importante, a comparación de otras épocas, sobre todo en el Estado de México ya que no todos tenían la fortuna de tener una en casa. Los niños se reunían con sus amigos para ir a la casa de algún vecino que tuviera tele y así poder ver caricaturas, como Los Supersónicos, Porki, Correcaminos, El Chavo del 8.


“La televisión se empezó a extender en los años 60, pero como era cara, no todos tenían una y si alguna vecina tenía, cobraba como 20 centavos para que los niños vieran las caricaturas, la única programación era la de Televisa, que en ese entonces era Tele sistema mexicano y solo manejaba el 2, 4 y 5, después surgió el 8 Televisión Independiente de México que posteriormente se convirtió en canal 9” Menciona el sociólogo.


A pesar de las pocas cosas materiales que tenían los niños, las sonrisas marcaban un eco gigantesco, muy difícil de definir, porque no solo era el hecho de salir adelante con lo que se tenía, sino de aprender a valorar los aspectos que después los iban a forjar como adultos.


Al platicar con la pedagoga Verónica Gómez nos cuenta que “El entrenamiento de los niños ha evolucionado porque años atrás no se tenía en gran magnitud instrumentos que hoy en día hacen que los infantes sean más individualistas y que no quieran convivir en sociedad, tales como la televisión, los videojuegos, el celular.


La educación es un factor muy importante en el comportamiento de los niños, antes se educaba bajo valores y reglas, actualmente ya no es así por la falta de atención de los padres hacia sus hijos.


Vivimos en una época en donde la tecnología forma parte de nuestra vida, lamentablemente ya no se puede vivir sin ella y esto incluye por supuesto a los niños, quienes en ocasiones se crean un mundo virtual justamente por la falta de atención”


Ø La familia como eje de una buena convivencia y tradiciones


Las reuniones familiares son un aspecto que también ha cambiado a lo largo del tiempo; “La comunicación no es la misma gracias a diversos factores, tales como las nuevas tecnologías, la falta de diálogo entre miembros de una familia o falta de confianza, en cambio hace unos años a pesar de que ambos padres trabajaban prácticamente todo el día, existía un acercamiento más profundo con sus hijos” comenta el sociólogo Valverde.


La comunicación en el 68 no estaba desgastada, como ahora ya que no estaba mediada por un aparato; sentarte en la mesa en familia y convivir, eran prácticas importante en los hogares, el papá o la mamá todavía acompañaban a la escuela a sus hijos, estaban más al pendiente de las responsabilidades de los niños, ayudaban a las tareas, trabajos escolares, no había televisiones en cada cuarto de la casa, sino que la tele estaba en la sala justo para verla en familia, por lo tanto la diversión y el entretenimiento era colectivo.


Existía una hora exacta para cenar, los padres se sentaban en la mesa, junto a los niños y se dedicaban a comer, después de terminar con los alimentos se hacía una charla para conversar en familia, convivir, todo esto les daba a los niños una mayor consciencia; por supuesto no había celulares e incluso tampoco había teléfonos fijos, porque era muy caro, se podía pedir una línea telefonía y podían pasar tres o cuatro años sin que la pusieran.


“Antes, cuando nos reuníamos a comer, a cenar o alguna fiesta familiar, todos estábamos callados y comiendo, al terminar de comer hablamos con mi mamá y expresábamos nuestro sentir, a pesar de que era muy regañona nos entendía de cierta forma; ahora las cosas son bastante diferentes, ya todo es la tecnología y la mayoría de las personas come con el celular en la mano, nadie comenta ni platica casi nada” menciona el señor Carlos.


En las navidades casi nunca había cenas familiares, por lo menos no como las conocemos hoy, lo que más importaba era salir a romper piñatas a las casas de personas con dinero, ya que eran las únicas que tenían ese privilegio, lo más lindo era ver a los niños regresar a sus casas llenos de frutas y dulces como los famosos Canguros que eran una especie de chicles o los Motita que no podían faltar.


Las convivencias familiares como los cumpleaños eran esencialmente con miembros de la familia, se incluía a primos, tíos, abuelos, que a veces era familia que no se veía a lo largo del año y que justo en esas reuniones todos se volvían a reencontrar. En cuestión de la comida, comúnmente en los festejos se hacía mole, pollo y arroz, se compraba un pastel grande; se tomaban bebidas alcohólicas como el Brandy, Don Pedro y la Coca Cola que incluso hoy no puede faltar.


Los reyes nunca llegaban a las casas por falta de dinero porque la mayoría de las familias vivía al día y si en esas fechas se llegaba a tener algún juguete o regalo era gracias al militar. “Para mí la mejor Navidad fue cuando me daban regalos, aunque recuerdo que mi mayor pasatiempo era oír en la radio la hora de Rigo Tovar, a veces el 24 de diciembre la pasaba sólo escuchando dicho programa” comenta el señor Carlos.


Cuando las amas de casa no podían hacer las tortillas que comúnmente así era, mandaban a los niños a la tortillería, era algo muy común en las familias; por el contexto social que existía, en ocasiones las tortillerías cerraban y dejaban a las personas sin dicho producto indispensable para las comidas. Esto se daba por el miedo que les tenían a los estudiantes, se podía escuchar de marchas, manifestaciones, que provocaba el temor de las personas en general.


“Un día mi mamá me mando a las tortillas, al llegar a la tortillería la empezaron a cerrar y gritaban ¡Van a venir los estudiantes, hay que encerrarnos, ahí vienen los estudiantes! Y todos corríamos a nuestras casas” comenta Jesús Oviedo hermano mayor de Carlos.


Ø La consciencia de los infantes


La consciencia de todo ser humano a lo largo del tiempo evoluciona por el hecho de que los contextos que se viven no son los mismos, al intercambiar palabras con el sociólogo Miguel Valverde nos comenta que:


“En su mayoría los niños eran más conscientes respecto a los de la actualidad porque sabían todos los aspectos que tenían a su alcance, tanto lo bueno como lo malo, tenían presente que existía un horario, que en las calles no pasaba nada, siempre y cuando obedecieran a sus padres, las señoras a veces asustaban a los niños con el famoso robachicos, pero solo era una metáfora, en conclusión, los niños sabían que tenían un espacio libre y que al mismo tiempo estaba regido por el permiso de sus padres”


Por otro lado, el ser humano crece conforme cambia el modo de vida, el razonamiento y contexto tanto económico, social y cultural que se vive.


“El aspecto del entretenimiento actual, cambió porque las condiciones sociales cambiaron; en esos años la mayoría de las mamás no trabajaban, pero debido a las crisis económicas que se presentaron, un salario ya no alcanzaba y la mujer tuvo que entrar al campo laboral, por ende, los niños crecieron solos o en ocasiones las mujeres que tenían seguro, podían dejar a sus hijos en guarderías. Todo esto contribuyó en que modificara el modo de entretenimiento del infante y la forma de percibir la vida” Nos platica el sociólogo.


Al cambiar las condiciones económico- sociales en la actualidad, cambió el contexto de los niños ya que los padres modernos, se enfocan más en ese aspecto socio económico que en estar con sus hijos.


Pasamos de una época en donde todo era en familia: las convivencias, la comunicación, el entretenimiento, a una donde la diversión está dominada por aparatos electrónicos que los padres les dan a sus hijos con tal de que los niños se queden quietos. Estamos en un proceso que se ha fragmentado, pues cada generación ha perdido el valor de la convivencia, ahora nos encontramos en un momento en donde los niños hacen lo quieren, sin importar lo que realmente tienen.

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